Otro gran día que quedará para la historia. Fue un año convulso en el que la Balona tuvo que esperar a la última jornada de liga para clasificarse para la mal llamada "liguilla", y lo hizo ganando en Los Barrios ante una gran cantidad de público llegado desde La Linea de la Concepción.
La primera eliminatoria de ascenso tocó jugarla contra el Anguiano, un equipo de La Rioja practicamente desconocido, pero que puso en serios apuros a la Balona. El resultado de la ida no dejó muy contento ni a equipo ni a afición, ya que fue de 1-0 con gol de Jonhy, con lo cual nos jugábamos el pase a la siguiente eliminatoria fuera de casa y en un campo en muy malas condiciones. El Anguiano logró empatar la eliminatoria, pero 2 minutos después Coco nos volvió a poner por delante con un derechazo desde fuera del area imposible para el portero. Practicamente en el minuto 90 volvió a marcar el Anguiano y acabamos sufriendo , pero se consiguió el pase a la siguiente y definitiva ronda, donde esperaba el todopoderoso Mirandés.
El partido de ida se jugó en La Línea, ante 10.000 espectadores balonos y 300 venidos desde Miranda de Ebro. Fue un partido donde tuvimos muy mala suerte y donde el Mirandés se adelantó con un golazo de Pablo Infante desde fuera del área imparable para David Pérez. La Balona buscó el gol durante todo el partido, y tuvo ocasiones para haberse ido para Miranda con una gran ventaja en el marcador, pero el gol no llegaba y la gente perdía las esperanzas. Hasta que llegó él, Isaac Luis Chico, Copi, para recoger un globo un poco mas lejos de la frontal del área, bajar el balón , preparársela, y pegar un derechazo imparable para el portero. Golazo y locura en el Municipal.
Fueron unos 300 los aficionados que pudieron desplazarse hasta Miranda de Ebro, hacia el estadio llamado Anduva, que sería un infierno rojillo. La Balona venía con las esperanzas intactas y con la fe de conseguir el ascenso. El estadio estaba a reventar , no cabía un alma y los aficionados linenses animaban sin parar a su equipo. El partido no comenzó bien, ya que en el minuto 12 aproximadamente se adelantó el Mirandés. Las cosas pintaban feas. Pero la fe blanquinegra mueve montañas, y 1 minuto después, en la siguiente jugada, Fede empató de cabeza a la salida de un corner. La eliminatoria estaba empatada.
Este fue el resultado al descanso. La segunda parte comenzó con un Mirandés totalmente volcado contra la portería de David Pérez, pero fue Carlos Guerra el que, tras un saque de falta botado por Joseph, marcó el 1-2 y llevó la locura a la afición blanquinegra y la desolación a la hinchada rojilla. El sueño del ascenso parecía cada vez mas cerca, pero aquí tocaba sufrir, y el Mirandés hizo el 2-2 en el minuto 15 tras un fallo de entendimiento entre defensa y portero. La cosa se complicaba, pero 10 minutos mas tarde, tras un pase magistral de Miguélez, Joseph con un toque sutil hizo el 2-3 de vaselina ante la mirada de incredulidad de todo el estadio. Se desató la locura en las gradas y en el banquillo balono.
Minutos después , tras un fallo garrafal del arbitro, llegó de nuevo el empate del Mirandés tras un gran remate de cabeza. Quedaban 20 minutos y de ahí al final ese estadio iba a ser un infierno. el Mirandés lo intentaba una y otra vez bajo una fuerte lluvia. La afición local apretaba de lo lindo , mientras que la afición blanquinegra animaba y sufría como nunca, mojándose y dejándose la garganta por su equipo. Las ocasiones llegaban una detrás de otra, pero siempre aparecía la defensa o David Pérez, que perfectamente pudo hacer el mejor partido de su carrera como futbolista. El tiempo se acababa, y al Mirandés le quedaba una ultima ocasión, un saque de esquina donde subió a rematar hasta el portero. El balón salió despejado por la defensa y el arbitro pitó el final. Entonces se desató la locura en el banquillo, que invadió el terreno de juego. La grada blanquinegra estaba loca de alegría, y querían saltar al campo para celebrarlo con los jugadores, pero la policía no lo permitía. Todo lo que quedó de ahí al final del día fue tranquilidad, disfrute y celebración, tanto en Miranda de Ebro como en La Línea de la Concepción, donde la gente se hechó a las calles para celebrar el tan deseado ascenso a Segunda División B.
Al día siguiente, el equipo llegó a La Línea, donde había preparado una gran fiesta en la Plaza de la Constitución. Los jugadores subieron a la terraza del museo del Istmo y allí cantaron y celebraron, junto a más de 7000 almas blanquinegras, el tan preciado ascenso de categoría.
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